XANA
Es un ser de las aguas y de las fuentes, con forma de hermosa mujer, de largos cabellos, victima de un encantamiento y poseedor de maravillosos tesoros. Su nombre es posible que derive del latin dianae, las ninfas compañeras de Diana, la cazadora. Relacionada tambien con la noche de San Juan, la xana es una de las figuras miticas por excelencia en la region asturiana. Para expresar que una mujer es muy guapa se la compara con una xana, pues su gracilidad y belleza son proverbiales. Su reino son las fuentes y su hora, la alborada. Es un mito que presenta bastantes variantes y esta muy extendido en la Asturias central y oriental. Asi lo demuestra la abundante toponimia y las cuantiosas citas referidas a lugares en que se suponia su presencia. Tambien las muchas canciones en que se las nombra, a veces aludiendo a su belleza, a la blancura de su tez, y otras en conjuros populares o textos descriptivos. Coincide en sus rasgos generales con algunas tradiciones vascas y por supuesto mas vagamente europeas. 
La principal dificultad para describir sus atributos son las numerosas leyendas en que aparecen, con propiedades y funciones diversas. Los rasgos comunes a todas ellas son la figura de mujer, su hermosura, su relacion con las fuentes, las madejas de oro con las que tejen (cuyo hilo conduce hasta las xanas), el encantamiento que se rompe la noche de San Juan.... Se podria añadir su dulce y fascinadora mirada y sus apariciones al amanecer, aunque de noche lavan la ropa a la luz de la luna, aparecen rodeadas de gallinas y polluelos de oro, se entretienen con sus bailes y su aficion a alisar su larga melena con peines de oro, etc. Pero sus poderes o funciones varian segun los lugares. En unos casos protegen a los enamorados y castigan a los amantes infieles. Ofrecen sus tesoros, pero solo eligen a quien las prefiera a ellas antes que a la riqueza, y seducen a los jovenes con diversas artimañas con el fin de encantarlos. El desencantamiento de las xanas, aunque en general es clara su vinculacion a la noche de San Juan tampoco es coincidente en las distintas versiones. Dejando a un lado algunas de estas por excesivamente literarias, se pueden citar la de tirar del hilo de oro de su madeja, que indefectiblemente se rompe en los relatos conocidos; coger la gallina de oro y alguno de sus polluelos; tocarla con una prenda de lino que haya estado en una iglesia; mediante conjuros y ofrendas etc.